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La gastronomía argentina no tiene nada en especial salvo el asado y las empanadas. El argentino  come con mucha frecuencia carne, pastas y pizzas. Los horarios son como en España es decir almuerzo más o menos a las 14 y cena a las 22.

Si vivís en Argentina no hay drama porque se consigue todo tipo de comida. Si viajás por el país sabé  que los restaurantes no varían mucho lo que aburre rápido.

Una buena opción, que uno sea diabético o no, es buscar alojamientos con cocina tipo hostales, cabaña o un alquiler temporario si uno te quedás un largo tiempo en el mismo lugar, en particular en las grandes ciudades. Eso permite de acuerdo con sus actividades comer afuera una sola vez por día. Para cenar podés pedir algo para llevar y completarlo con una ensalada y una fruta.  Otra ventaja de esa clase de alojamiento es que tendrás una heladera para conservar fresca la insulina. Y por fin podrás hacer vos mismo tú propio desayuno y eso ¡sí que es un lujo! En efecto los desayunos en Argentina, salvo en Iguazú,  suelen ser de los peores. Tres rebanadas de pan con un café azucarado o peor aún un café en sobre igual que el té. Sí señor, este tipo de cosas existe. En caso de alojarse en un hotel,  mejor desayunar en un café donde podrás pedir un combo incluyendo un verdadero café y medialunas. Cuidado con la medialuna porque viene con almíbar. Por fin hay que tener en cuenta que casi todos los cafés en Argentina están torrefactos con azúcar. Nada grave pero hay que saberlo.

Las empanadas son baratas, se encuentran sin problema  y son excelentes, sin duda las mejores de todo el continente. Son horneadas y no fritas como en Chile, por ejemplo. Tres empanadas equivalen aproximadamente a 150 g de arroz. Sin embargo no basta  con tres empanadas. Mejor llevarlas y completar con ensalada.

Si comés en un restaurante no hay ningún problema para armar una comida equilibrada. Siempre tendrás la posibilidad de pedir hidratos de carbono, ensalada y/o vegetales. Las pastas caseras son, por lo general, muy buenas. Los purés de papa, calabaza o batata son habitualmente caseros. No hay mucha espera en un restaurante común.

Las pizzas, y te pido perdón si sos argentino, no son buenas. Masa gruesa, un montón de queso, algo de salsa de tomate azucarada, pocos ingredientes, a mí no me gustan. No tiene nada que ver con una buena pizza romana. Pero si te gusta ese tipo de pizza vas a ser feliz en Argentina.

No existe el tazón de azúcar. Podés, para combatir las hipoglucemias, probar el dulce de leche pero contiene bastante azúcar, no ayuda con el colesterol  y es adictivo. Lamentablemente es bueno. Desde hace poco llevo conmigo azúcar en sobre, de los que te ofrecen en un café. Es práctico, tiene la cantidad justa en caso de hipoglucemia. Las heladerías quedan abiertas muy tarde, algunas hasta la 2 o 3 de la madrugada los fines de semana. Los helados son realmente muy buenos.

El único yogur natural es de Sancor.

Si viajan en micro o buses de larga distancia y que tienen que comer no te olvides un par de cosas. Habitualmente no hay una parada para comer. Mejor llevarse algo de comida que contar con la inmunda comida que te sirven a bordo. Es posible hacer peor, mucho peor que la de los aviones. Siempre llevo conmigo pan, una bolsa de papas fritas, frutas, agua y cuando puedo una ensalada de arroz con tomate, pepino y palta. Así nunca tuve problemas con la comida.

Comida en Argentina
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