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Obviamente no conozco todos los países del mundo y por eso hablo sólo de los que visité con el punto de vista de un  diabético y en particular con relación a la comida.

Es claramente más fácil visitar algunos países que otros. Por empezar su propio país. Todo resulta  más fácil y puede ser un excelente debut en su carrera de viajero. Al menos para deshacerse de sus legítimas temores a que pase algo malo con la diabetes y cómo manejarlo. Después podrán probar con destinos más exóticos, ¡que palabra fea!

Ahí se vienen, por modestos que sean, algunos consejos para elegir bien su primer destino. Luego, según su deseo, su confianza en sí mismo, podrán arriesgarse a visitar países más “complicados”.

Traten de no empezar por un país con un bajo nivel de higiene y/o con problemas sanitarios. Tal como escrito en la sección cetoacidosis puede llegar a ser muy pero muy complicado para un diabético manejar una intoxicación alimentaria. Puede pasar a ser una verdadera pesadilla. Por eso no aconsejo viajar primero, por ejemplo, a la India, a Mali o Senegal y tampoco empezar por Bolivia o la Amazonía.

Eviten también de iniciar su trayectoria de globe-trotter por un país cuya comida es totalmente distinta de la suya. A veces es complicado saber lo que hay en su plato. Que sea por ser cocinado de una manera absolutamente distinta de la suya o porque no llegan a saber cuáles son los ingredientes que componen el plato. Resulta entonces difícil saber qué cantidad de hidratos de carbono contiene su comida. No se olviden de que a veces no hablan el idioma del país que visitan lo que impide preguntar algo al mozo.  Cuando no se trata de un país con un alfabeto que ni pueden leer...

No les aconsejo empezar por EEUU cuya comida, además de ser mala, contiene bastante azúcar. La dieta yanqui no es la más equilibrada que conozco ¡de lejos! Los desayunos son de los peores que he probado y sentirse bien comiendo una hamburguesa me parece pura ciencia ficción. Bueno, admito no querer mucho este país en general –y mucho menos después de la elección de Trump- pero en serio, no sé como hubiera podido sobrevivir allá sin los restaurantes mejicanos.

Marrueco, Túnez,  Brasil o Tailandia son de los mejores para empezar tranquilo. Por lo menos, para los franceses o los españoles, hoy en día la cocina árabe es algo familiar así que no les va a costar comer en estos países. Brasil tiene una comida muy buena y  el sistema de restaurantes buffet ayuda mucho a comer sano. Para mí Tailandia tiene nada menos que la mejor cocina del mundo. Equilibrada, sabrosa, liviana, variada y barata, nunca probé una comida mejor en mi vida. Cuidado con las porciones de arroz que no son enormes así que ajusten sus inyecciones o pidan más.

Para mí, si tengo que decirlo así, hay que empezar a viajar visitando Tailandia.

Primer viaje
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